Pensamientos para Establecer un Concepto Estético Original
Los conceptos clásicos de estética están basados en lo tangible, visible y perceptible por nuestros sentidos. ¿Cómo es la belleza en cuatro o más dimensiones? ¿Qué es bello en el espacio/tiempo?
Este tipo de preguntas debieron realizarse nuestros antepasados al hacer los primeros dibujos que carecían de perspectiva y volumen; o cuando los impresionistas intentaron representar los colores de una manera distinta a la que la intuición y los sentidos hacían creer.
Estas preguntas colapsan nuestra lógica, ya que no está calibrada para pensar en cómo es lo no perceptible por nuestros sentidos tridimensionales. Esto impone un reto intelectual para los pensadores y los creadores, abriendo todo un campo fértil de cómo representar la realidad.
Los conceptos modernos de física cuántica, relatividad general y geométrica fractal nos pueden ayudar a plantear una interpretación de la realidad más allá de nuestros sentidos.
¿Cómo es un cuerpo de tres dimensiones, en la cuarta dimensión? La cuarta dimensión no es más que la tercera, con una nueva dimensión llamada tiempo. Existen evidencias físicas que el tiempo se dilata, transcurre distinto a diferentes velocidades. Esto hace que los objetos sean percibidos distintos, por distintos observadores que se desplacen a diferentes velocidades. Todos nos estamos desplazando en relación con algo. Piensen que la tierra rota a unos 500 metros por segundos y creemos que estamos estáticos.
La física moderna abre también la posibilidad que el tiempo no tenga dirección. Nuestros sentidos nos sugieren que el tiempo tiene dirección, siempre avanza hacia delante. En la cuarta dimensión esto no es necesariamente cierto y existe la posibilidad que los objetos se desplacen en el tiempo, hacia adelante o hacia atrás.
Si el tiempo no avanzara siempre, los conceptos de inicio y de momento inicial de creación, estarían en duda, ya que si siempre se pudiera volver atrás en el tiempo, el inicio del tiempo no tendría sentido. Sí cabe el concepto que pudiese haber un inicio absoluto y de allí en adelante se podría ir y volver en el tiempo. Este concepto puede ser representado en objetos autocontenidos o que se expanden y se contraen en forma infinita. Se abren todos los juegos que se pueden pensar con el concepto de infinito. ¿Cómo afecta el tiempo al color, la luz, los volúmenes, las sombras, las texturas e incluso la composición?
El color es el reflejo de distintas ondas de luz por un objeto. La parte visible del espectro de colores está entre el ultravioleta y el infrarrojo. Es totalmente posible que en la cuarta dimensión existan colores fuera del campo visual, pero ¿cómo son estos? No los podemos percibir con nuestros sentidos, pero sí medibles y percibidos con instrumentos o películas con sensibilidades especiales – infrarrojo, ultravioleta, rayos X o rayos Gama -. Adicionalmente, cuando un objeto viaja a grandes velocidades en relación a un observador, está comprobado que los colores que emite tienden al ultravioleta cuando el objeto se aleja; y al infrarrojo, cuando el objeto se acerca al observador (efecto Doppler). Lo anterior implica que dependiendo de la dirección en la cual un objeto se dirige, se le desplaza la gama cromática. Este concepto fue aplicado de manera menos científica por los Dadaístas, quienes simplemente, en forma más o menos aleatoria, pintaban con colores distintos a los reales.
Lo anterior implica que existe otra gama de colores en la cuarta dimensión, incluso la mezcla de colores debiera reaccionar distinto. Entonces, serán distintos a los colores que percibimos en tres dimensiones.
De acuerdo a los principios de la Relatividad, si aplicamos la dimensión tiempo, necesariamente los motivos u objetos que queremos representar deberán estar en movimiento con respecto a algo. Esto no implica que se muevan desde el punto de vista del observador, ya que éste y el motivo se pueden desplazar en forma relativamente homogénea en relación a otro observador o punto de vista, dando la sensación de estar estático. Si aceptamos lo anterior, el movimiento deberá ser acercándose o alejándose en relación a algo. Por consiguiente, los colores tenderán al infrarrojo o ultravioleta, según sea el caso, dependiendo de cual es el punto de vista. Las diferencias normalmente no son perceptibles por nuestros sentidos y sólo ocurren a grandes velocidades.
Otro concepto que nos da la física es que al acelerar objetos a velocidades cercanas a la de la luz, su masa se expande y finalmente tiende al infinito. Esto implica que a mayor velocidad, percibiremos los objetos más distorsionados; recordemos que a mayor velocidad, el tiempo pasa más lento. ¿Es acaso esta distorsión, la repetición infinita del volumen en tres dimensiones?
La cuántica nos dice que hay una partículas mínima que se llama quantum y éstas se comportan como una onda. También nos dice que mientras más precisa sea la determinación de la posición de un objeto, más difícil es predecir su velocidad y viceversa. Lo anterior implica que solo hay una probabilidad que algo efectivamente esté donde nosotros lo percibimos. Esto es debido a las limitaciones de nuestros sentidos. El concepto de que lo que está allí no necesariamente está si no que e probable que esté, abre un mundo maravilloso de representar la realidad.
Este sentido probabilístico/estadístico de la materia hace que la representación estática de la realidad tenga sólo la probabilidad de serlo. El caos y lo aleatorio es lo que posiblemente forma el Cosmos (el orden de todas las cosas). En otras palabras, lo que percibimos no es más que un desorden aleatorio parcialmente percibido y predecible. ¿Cómo podremos crear obras aleatorias que estamos viendo pero no necesariamente están allí?
Los fractales son un ejemplo de cómo crear aleatoriamente. La geometría fractal permite interactuar infinitamente con una representación de la realidad. Una recta fractal en una agrupación infinita de probabilidades que tienden a una recta y es percibida como tal por nuestros sentidos. Las distintas formas en que los objetos se agrupan en función de probabilidades, forman nuevos objetos y así en forma infinita. Este se parece mucho a cómo se forma la naturaleza. El caos y el cosmos están en permanente interacción. Lograr un equilibrio en la composición de luz, colores en un ambiente caótico, es un reto. Pero si se logra es una representación de las fuerzas del universo y la naturaleza en armonía. Como lograr esto en dos o tres dimensiones, con el tiempo incluido es un reto mayor. La fotografía me ha parecido un medio ideal para aplicar estos conceptos ya que efectivamente capta un volumen en un espacio de tiempo en dos dimensiones y permite captar espectros más allá de los visuales (infrarrojo, rayos X o ultravioletas). Después de mucho experimentar y aprender de las distintas técnicas fotográficas, estoy comenzando a tratar de representar la cuarta dimensión en mis trabajos.